Yo de mayor quiero ser pequeño


Cuando era niña, al igual que todos los niños hacía y que todos los niños harán, siempre deseaba hacerme mayor. A esa edad, pensaba(mos) que, siendo adultos, nunca nadie nos diría qué hacer y qué no, que no habría prohibiciones. "Me podré ir a dormir a la hora que quiera!!" "Comeré macarrones tooooodos los días!!" "No tendré que ir al cole!!"

Pero al crecer, esas ideas se convierten en: "¿Cómo pagaremos las facturas a final de mes?" "Tengo que comer sano para no engordar. Hay que hacer la operación bikini!!" Todas esas libertades que una vez imaginamos resultan acabar en nada; en un simple Recuerda no destacar, ni para bien, ni para mal. Lo que la gente piense de ti es lo que importa realmente. Y hasta aquí hemos llegado.

Siendo adultos, nos pasamos la vida extrañando nuestra infancia, época durante la cual, a su vez, soñábamos con llegar a donde estamos ahora. Qué irónico, ¿no? 

La solución: ser niños en cuerpos adultos. Y con ello no me refiero a jugar en parques y peinar muñecas (aunque, ¿por qué no?), sino a aprender a despreocuparnos. Despreocuparnos de las tonterías, despreocuparnos del "qué dirán". En definitiva: vivir, ser y sentir DE VERDAD. Eso, queridos lectores, eso es la verdadera libertad.

Alguien en el mundo

Comentarios

Entradas populares de este blog

Soplan vientos de cambio

Verano, violín rojo...

Tanto falta, tanto sobra